Capítulo 10
CORRE
-
Saya… necesito que creas en mí.
Fue lo
único que contestó. Nos quedamos en silencio, y una vez recuperado, se puso de
pie, acarició mi mejilla, después me abrazó, pero no como siempre lo hacía,
esta vez era tierno y cálido pero desesperado a la vez como si la seguridad de
protegerme entre sus brazos se hubiese esfumado, y me besó con tanta fuerza y
pasión, que sentí como si ese fuese el último beso que me fuera a dar en la
vida.
-
No será el último Saya, no lo permitiré.
-
Hagi, qué está pasando, ¿qué hacemos aquí?
Sentía que
él no quería decir nada, pero al ver sus ojos, tuve la certeza de que él nunca
haría más que cosas estúpidas para protegerme, ¿tanto me amaba?, ¿tanto lo amo
yo? Su voz invadió mis pensamientos, un cuento de nosotros en la nieve, una
historia de zares, un relato de quirópteros, el recuerdo de Rasputín y...
Sonidos
comenzaron a emerger desde el exterior de la casa, sabíamos lo que eran. Pero
no era el único sonar, la voz de una mujer resaltaba sobre la horda de
monstruos, y lo único que repetía era Hagi!!
En tono exaltado, eufórico y a la vez burlesco. Cuando estuve por preguntar quién
era, Hagi tomó mi rostro entre las manos y topó su frente contra la mía.
-
Saya, fui un tonto al pensar que podía hacerlo todo a
la vez, protegerte y acabar con ellos está fuera de mi alcance, quiero que
huyas, usa todo el dinero que tenemos y regresa a Okinawa con Kai, no dejes que
nadie te alcancé por favor…
-
¿De qué hablas? Si tienes que pelear no te
dejaré, Hagi yo…
-
No debí traerte de Okinawa, pero quiero tenerte a mi
lado, prometo que cuando acabe esto iré a buscarte de nuevo…
-
¡MENTIROSO!, pelearé Hagi, pelearé aquí porque yo
quiero hacerlo, no importa lo que digas ya te perdí una vez, no quiero sentirme
así de nuevo… pelearemos juntos, contra lo que sea como siempre…
-
Saya tú no entiendes, esto es…
Atacaron la
casa, Hagi tuvo que sujetarme y salir por el techo para esquivarlos. Eran más
de los que esperaba, eran demasiados, esta escena sólo era comparable a
Vietnam, pero esta vez Karl no estaba al frente, en su lugar estaba esa mujer
llamada Sisnii, fruncí el ceño con fuerza y torné mis pupilas rojas,
tenía que matarla, quería hacerlo.
-
¡Mentiroso!
Eres un mentiroso Hagi, porque no dejas que Saya se divierta un poco…
-
No dejaré
que le pongan un dedo encima…
-
Jajajajajajaja…
basta de eso Hagi, sólo vine aquí a divertirme con ustedes, deja que ella se
quede atrás y juguemos los dos un rato, como antes…
-
Saya no la
escuches…
-
En serio,
aún no le cuentas como nos conocimos… ni lo que pasó después…
-
No hagas
caso a nada de lo que dice, me desharé de ella…
-
No, ¡yo lo haré!
Quería
asesinarla, despedazarla, hacerla añicos, eran las ansias de matar combinadas
con los celos, me lancé hacia ella con la espada empuñada, a pesar de hacerle
un par de heridas, ella logró esquivar las demás estocadas de mi filo y
lanzarme hacia un grupo de quirópteros, Hagi evitó mi caída apoyando su cuerpo
en el piso, y al instante destruyó a todo el séquito de monstruos alrededor,
sólo con su mano. Mi furia se había desvanecido, más quirópteros nos rodearon y
el me lanzó hacia el cielo mientras mataba, cual fuesen moscas, a los que se
acercaban; caí en sus brazos y me reincorporó al piso.
-
¿A qué has
venido Sisnii?
-
He venido
por ustedes dos, a Saya no puedo hacerle daño pero tú, sólo eres un juguete,
apártate de mi camino…
Ella atacó a
Hagi con una onda luminosa parecida a la que usaba Amshel, logramos evadirla lo
suficiente como para ponerme a salvo, y otra vez fuimos sitiados, cada vez más
se juntaban a nuestro alrededor; en el momento en que recapacité y supe que
debía atacar, empuñe el sable con fuerza, sentí que la mano de Hagi terminaba
de cerrar la mía contra el mango, entonces en voz calma me dijo:
-
Corre
Saya, huye de aquí y haz lo que te dije…
-
Hagi ya…
-
¡HAZLO
AHORA! ¡VETE!
Era la primera
vez que veía esa expresión de furia en su rostro, pero decidí por una vez en mi
vida hacer lo que él pedía, y corrí por el camino que dibujaba entre los
cadáveres, las lágrimas empezaron a acumularse en mis ojos, y salieron
disparadas en cada carrera… me alejé de allí mientras escuchaba sus palabras
diciendo que corriera, su frase repetitiva se cortaba con los gritos de su
opositora, con la que se supuse, empezó a luchar; aun así Hagi no dejó de
gritar como si estuviese animándome a vivir todo el tiempo. Me alejé lo
suficiente como para detenerme y lo último que escuché fue Te encontraré de nuevo Saya, por ahora sólo corre.
-
¿Por qué? ¡¡HAGIIIIIIIII!!
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