Capítulo 09
LA NUEVA GUERRA
- Nathan… Mahler… ¿cómo es qué sigues vivo?
- Recuerdas mi nombre Saya… eso es inesperado…
- ¿Tú tienes que ver en esto?... ¡tú los trajiste aquí!
- Nada de eso, además estás segura que sospechas de mí y no de alguien más… yo no fui quien te dejó sola aquí…
- Qué insinúas…
Me levanté de donde yacía envuelta en sangre, arrodillada, aun así no solté la katana ni un momento ni dude en seguir apuntando hacia él mi sable.
- ¿No dirás nada más Saya?
- Tú eres el que debe darme respuestas Nathan…
- Shhhh…
Aquel raro caballero apunto el dedo hacia su boca en señal de guardar silencio, y en menos de segundos, mató a un quiróptero que trataba de asesinarme por la espalda. Me sorprendí de no haberlo notado, incluso en ese momento no tenía intenciones de bajar mi arma, siempre fue el más extraño y misterioso de todos los caballeros de Diva, ¿acaso era él quien estaba detrás de Amshel y esa cruenta investigación?
- Oohhh… ¿el chico lindo no está verdad?
- ¡Eh!... Hagi…
- Creo que pronto llegará, y a él deberías preguntarle muchas cos…
- NOO, espera qué sabes tú, crees que Hagi me oculta algo… ¡habla!
- Jeje, es probable que ¿desconfíes de él?
- … Claro que no, tus palabras… empiezan a confundirme…
- Mmmmm… ya veo, pero que mal gusto tiene Hagi para comprar esta casa, no es resistente para nada, mira cuantas paredes se rompieron… y ashhh… el piso, quedo hecho un desastre.
Terminó su dialogo echándose en uno de los magullados muebles que restaban en la casa, con la cabeza apoyada en los brazos y con una sonrisa amplia que no dejaba esconder su desdén y la ironía que continuaría usando en sus párrafos.
- Baja tu espada Saya, aun si la usas no me moriré… ¿ya hicimos la prueba una vez no es así?
No sabía que hacer, titubee al momento de escuchar su orden, sin embargo la acaté y baje el sable.
- ¿Qué sabes Nathan? ¿Dónde está Hagi?
- Eso que te lo diga él cuando regrese, lo que debería decirte Saya, es que la sangre de Diva está siendo usada para matarte… o quizás para algo mucho más inteligente…
- ¿Sangre de Diva?... pero cómo, si se supone que el Escudo Rojo se encargó de terminar a todos los quirópteros que quedaban…
- Ellos no sabían de la existencia de este, pero Hagi sí…
- ¡¿Qué?!
- Saya, quizás tu también… deberías tener cuidado con esta secta… pueden representar problemas graves para ti…
- ¿Secta?
- Sí Saya, recuerdas a alguien que esté relacionado a una… o alguien tan enfermizo como para dejar un legado…
- N… No, no tengo idea…
- Hagi te dirá, ahora tengo que irme, suerte con eso Saya.
- Esper… desapareció…
Caí desconcertada en el mueble, mi mente estaba embrollada, ninguna idea lúcida podía venir a mi mente, pensaba en traición, mentiras, cosas oscuras venían a mi cabeza, y al mismo tiempo no quería traer a mi mente a un responsable. Las palabras de Nathan me asaltaron de la nada, además de la existencia de un nuevo enemigo, no como él dijo uno conocido, pero quién, y porque usan la sangre de mi hermana… ¿secta?, acaso será...
- ¡HAGI!, ¿estás herido que pasó?... reacciona Hagi…
- Esta todo bien Saya, llegue tarde, tú no debiste luchar…
- De qué hablas, lo que importa ahora es tu herida…
Un enorme hoyo se dibujaba en su estómago y me permitía ver las tablas del piso a través de éste, fueron segundos desesperantes, pero yo sabía que hacer, mi sangre lo arreglaría todo.
- Bebe Hagi, bebe mi sangre… - expuse mi cuello ante sus ojos, para que él bebiera de mí.
- No debo Saya, tu sangre es…
- Si puede servir para algo a parte de matar, es para devolverte la vida… tómala!!!
Introdujo severamente sus colmillos en mi cuello, la sensación era diferente, este éxtasis que sentía era incomparable, el dolor y la combinación de calor en esa zona no se detenía, mientras él más bebía más sentía aquel agudo dolor sofocante. De repente se detuvo y su herida empezó a cicatrizar de inmediato.
- Hagi… ¿qué pasó?
- ¿Nathan estuvo aquí?... ¿qué te dijo?
- Tú… tú sabías que los quirópteros y él vendrían… ¿Qué sabes Hagi? ¿Qué ocultas?
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