A la mañana siguiente partimos.
Toda la noche, explicó toda una historia fantástica toda esa noche, ¿cómo podía creer una historia similar?, ayer era un estudiante de secundaria buscando un regalo para una chica, y hoy soy un estudiante de secundaria con un futuro trágico… ¡Qué demonios!
Obviamente al principio, al escuchar todo eso, pensé que Rin había bebido demasiado en la dichosa fiesta esa, pero después de tanto llanto y algunas palabras serias y frías, me di cuenta que estaba equivocado. Quizá el amor sea la única fuerza que hace creer hasta lo inimaginable, sí, le creí a Rin; por su forma de hablar, creí más en sus palabras de rencarnación y sufrimiento, que en las palabras de amor que me formulaba. En fin, no entendía aún porqué iniciaríamos un viaje, en realidad para mí, esas eran cosas de Rin en las que yo estaba involucrado, aunque inconscientemente no me interesaban; sólo pensaba en pasar más tiempo con ella, no importaba lo demás… por ahora.
- ¿A la escuela?, ¿para qué ir?- El profesor Kiyoteru conoce a una persona importante, esa persona nos llevará con alguien que nos ayudará mucho en esto Len.
- ¿Es una cadena?, mmm ya veo… ¿Rin que cenaremos hoy?
- ¿eh? Vaya no había pensado en eso, bueno espero que nos inviten la cena hoy jajajaja
- Eso sería una alternativa genial jajaja…
Ambos caminamos por las calles estrechas que conducían a la casa de Kiyoteru-sensei, no tuve miedo en tomarla de la mano y andar así junto a ella, con la seguridad de qué ahora, una parte de sus sentimientos me pertenecía y sin importarme si uno de nuestros compañeros de clase nos veía e interrogaba acerca de esta extraña relación; mi deber a partir de aquí es hacer feliz a Rin, si ella desea viajar, pelear o incluso matar a alguien; yo lo haré por ella… demonios, siento que este amor posesivo, terminará destruyéndome.
Pensando de esta manera, llegué junto a ella a una casa normal para un profesor, yo que sé… cómo describirla… ¿normal? Rin se sentía nerviosa, por su expresión parecía no tener miedo de lo continuaría pero por algún motivo yo podía ver a través de ella y notaba la inquietud que inundaba su interior. Toqué el timbre, y esperamos que abrieran la puerta. Ese segundo de espera parecía eterno gracias al incomodo silencio que se respiraba entre los dos, ella tenía la cabeza gacha y yo me hallaba contemplando el cielo; en eso, la puerta se abrió hacia dentro rechinando por la vieja madera, Rin levantó la mirada e hizo el ademán de saludar…
- Buenos Días Kiyote… ¿ah? ¿Sakine Meiko-san?- ¿Tú? ¡RIN-CHAN!
Una mujer esbelta, vestida de rojo y con un rostro y figura atractiva… ¿Sakine Meiko?... por alguna razón, sé que conozco ese nombre…
¿Quién es?
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