"Sé acerca de esas noches, en las qué, sin ninguna razón, no puedes dormir... cuando estás completamente solo, con nada más que tu cigarrillo encendido"

Ewon Jung - Totally Captivated

The Other side of the mirror - Capítulo 3

Llevé aquel obsequio a la fiesta de navidad, en la entrada me recibió Teto-chan y luego llegó la ruidosa Neru, mas mis ojos buscaban únicamente a Rin, al no encontrarla pasé a los diferentes ambientes de la casa, en cada uno de ellos se encontraban compañeros bebiendo y comiendo, a la vez que bailaban obviamente. Quizás sea mi imaginación, pero creí dar dos vueltas a la casa y nada, no veía a Rin por ninguna parte… ¡Qué rayos! ¿No está? Y vine a esta estúpida fiesta sólo por ella; me volteé algo disgustado y seguí caminando hasta el vestíbulo, donde por fin la hallé. Rin se encontraba bailando de lo más feliz con “Mikuo-sempai”, ¡Pero qué le pasa!, y eso no es todo, ¿está coqueteándole?, ¡ja! Y yo estúpidamente yendo a comprarle un regalo, qué imbécil soy.

Pensé en irme inmediatamente de no ser por lo que vieron mis ojos, ¡ese pedazo de mierda cogió por la cintura a Rin e intentó besarla a la fuerza!, en un impulso ciego fui y le clave mi puño en la cara, estaba jadeante, y de un rato lo vi a él tirado en el suelo y a Rin mirándome desconcertada.

- ¿Len? ¿Qué estás…?
- Nos vamos, AHORA…

La sujete del brazo con fuerza y la llevé a la puerta, jalé su abrigo del perchero y la saqué a jalones de esa fiesta, llevándola por toda la calle como si ella hubiese hecho alguna malcriadez o travesura. Pero Rin se hartó de esto, impuso fuerza en su brazo para soltarse, y con la mano que tenía libre cacheteó una de mis mejillas.

- ¡Qué demonios te pasa!, primero golpeas sin razón al sempai y luego me sacas a rastras de ese lugar, ¡QUÉ TE OCURRE!
- Qué… qué, ¿Qué me ocurre? ¡ERES LENTA O QUÉ!, ¡ese tipo trató de besarte y tú no ibas a hacer nada, o es que querías que te BESE!
- Y si así fuera ¡QUÉ!, ¡a ti en qué te afectaría!

Molesto, realmente estaba molesto, y cuando ella preguntó en qué me afectaría, pero que niña tan tonta, no se daba cuenta de todo lo que me gustaba, si no puedo decirlo con palabras tal vez si la beso entienda… y la besé.

- Uh… ¿entiendes ahora?
- ¿ehhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh?

Rin tenía la cara vuelta un tomate, y al ver su expresión de desconcierto, toda mi personalidad de macho en la había estado se evaporó. Sentí como la sangre se me subía al rostro, y en eso me puse a pensar en lo que había hecho, rayos, se terminó, así terminó mi incestuoso primer amor, Rin se irá lejos y seguramente será novia del estúpido de Mikuo…. Nooooooooooooooooooooo, he muerto. Len Kagamine, dieciséis años, colgado por desear pecaminosamente a su hermana, FIN.

- Ahh… verás, ettto… ¿Rin?
- Quiero un helado de vainilla.

¿Un helado de vainilla?, eso es todo. Ambos caminamos entre la nieve, la dirigí a la plaza central y en una de las bancas, nos sentamos a contemplar el inmenso árbol de navidad mientras saboreábamos nuestros barquillos.

- Al final lo conseguí Len, pasar la noche buena con la persona que quería… además de ver esta hermosa nieve caer, a pesar del viento frío que corre me siento muy calida ahora mismo aquí, a tu lado…
- ¿Rin?... eh… ehm… yo igual, quiero decir… a cerca de lo del be… beso yo…
- Len, ¿continuamos en casa?

WUAAAAAAAAAAAAA!!!! Len Kagamine, dieciséis años, se ha convertido en todo un hombre y ha logrado conquistar a la chica que le gusta, sobrepasando las dificultades familiares y a todos los sempais… actualmente Len Kagamine: 100% de POTENCIA!!!!!.

Realmente Rin tenía razón, continuamos en nuestra casa, para ser exactos en el pasillo de la entrada, me abalancé encima de ella y le di muchos acalorados besos, y cada vez más y más apasionados, hasta que oí sollozos y Rin se separó de mí.
e mozos y Rin se separhos acalorados besos, y cada vez millo de la entrada, me abalancpasando las dificultades familiares y a
-
¡No! Len, yo no estoy lista para algo más…

- ¿Algo más? ¿¿?¡’¿¿’er laasdl´ñsfldmvdasdf

¡AH! Algo más, ella esta pensando en: S E X O… WUAAA!! Será posible que lo hagamos ahora mismo, la verdad es que Rin me pone bastante, pero ella tiene problemas con eso, pero ya me metió la idea en la cabeza y yo ni siquiera quería eso pero… ahora sí quiero.

- Len… yo…
- Rin, si no deseas intentarlo, yo no te presionaré… si no quier…
- SÍ, ¡sí quiero!, pero lo que pasa es que yo, tengo muchas cosas que decirte…
- Shhhhhhhh… me las dirás después, ahora sólo déjame amarte.
- Leeen…

Y otra vez la besé, seguimos en nuestros calientes manoseos hasta que terminamos en mi cama, pero al final no sucedió nada. Para mí también era demasiado, enterarme que Rin correspondía mis sentimientos, qué ella también caía en mi mismo pecado incestuoso y que a pesar de eso nos habíamos dejado llevar hasta el punto de casi hacer el amor, quizá todavía no era tiempo para hacerlo, aún teníamos que madurar más y aprender a sobrellevar nuestra relación literalmente prohibida, hasta ese entonces, debíamos esperar.

- Len, a cerca de lo que te iba a decir… ¿estás listo para escucharme ahora?
- ¿ah?, sí claro, pero antes – extendí en su mano el collar que le había comprado como obsequio – ¡FELIZ NAVIDAD!
- Oh… LEN… - rompió en llanto – has recordado, ¿recordaste algo?
- ¿Recordar qué?
- Leeen… tú y yo nos conocemos hace mucho tiempo… yo no soy tu hermana.

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