Empecé a vivir con ella un tres de diciembre, justo una semana después de haberme topado con Rin en la calle. Aquella vez, ambos caminamos hasta la escuela y sentados en una banquilla, ella me saltó todo el cuento de ser gemelos y la historia de haber sido separados por común acuerdo de nuestros padres.
- Ya veo.
- Len, no te preocupes, mi intención no es estorbarte. Encontré un cuarto, lo pagaré hasta las vacaciones de invierno y…
- ¡No!... quiero decir, tú no puedes estar viviendo en cualquier lugar mientras que yo estoy cómodo en la casa de papá.
- Quieres decir qué…
- Múdate conmigo… eres mi hermana y además así compartiremos gastos, tampoco será gratis ¿eh?
- Jejeje
- ¿Y? ¿Qué dices?
- De acuerdo.
Mientras conversábamos noté que cuando sonreía para hablarle, Rin reía de una manera tan bella y dulce qué poco podía hacer para resistirme a besarla. Cuando le propuse mudarse junto a mí, no lo hice por el hecho de ser su hermano sino por tenerla cerca, por dentro me sentía como un miserable incestuoso y encima de eso, un aprovechado de lo peor; en el fondo nada de aquello me interesaba si podía tener la oportunidad de conocer más a la mujer de la que me enamoré en sueños.
Rin es divertida, molestosa y siempre activa, muchas veces es torpe y estropea las cosas, pero antes de que empiece a llorar debo solucionar todo. Sé que detesta hacerme pasar malos momentos y pagar los platos rotos por ella, a mí independientemente de eso me gusta complacerla porque cada vez que la conozco más, menos puedo contenerme ante ella.
Todas las mañanas tengo que recordarle ponerse bufanda y guantes, y en las ocasiones en las que le toca preparar el almuerzo, la cocina se convierte en un desastre pero la comida resulta de alguna manera deliciosa, al menos para mí. Navidad está tan cerca, y aquí se acostumbra pasar la noche buena en compañía de la persona que más quieres, creo que el momento ha llegado, el veinticuatro le diré a Rin lo que siento por ella. He vivido enamorado de ella desde antes de conocerla en persona, cuando me enteré que era mi hermana pensé que podría dejarla de ver como a una mujer, pero fue al contrario… si me voy al infierno por esto, lo haré con gusto pero no sin antes haberla besado.
- Mmm… Neru… bien y tú qué tal…
- ¡¡Toma!!... es la invitación para la fiesta de Navidad que habrá en mi casa, irán los chicos y chicas más populares de la secundaria, y obviamente todo el salón irá… ya le dije a Teto y también a Rin, y algunos otros ya aceptaron… no puedes faltar ¡LEN! ¡DE ACUERDO!
- Rin – pensé – Ah… pero, la verdad no tengo muchas ganas…
- Len… tienes que ir, tienes que ir y bailar conmigo…
- Neru, en realidad…
- Len… por qué nunca me das gusto y siempre la contra… tienes que ir.
- Pero Neru…
- ¡¡¡¡IRÁS!!!!!
- Está bien... ahí estaré Neru-sama…
Todo mi plan a la basura. En la noche Rin hizo la cena y conversamos muy poco, después de que recogió la mesa, cogió un papel y un lapicero y se sentó frente a mí, mientras yo (como nunca) empecé a leer el periódico.
- ¡Entonces…! mmm, será como una cena americana. Veamos… necesito un pavo, como somos pocos será pequeño; ¿de qué lo relleno?, supongo que de naranjas ¡Quedará delicioso! Mmm… patatas, manzanas para el puré, prepararé arroz árabe… para las ensaladas, zanahorias, piña, lechuga, palta, tomate y… eso es todo. De postré una tarta de... ¡plátano!, como te gusta Len; los acompañamos con chocolate caliente. ¿Qué piensas Leen?
- ¿Eh?... pensaba ir a la fiesta de Neru con los demás, ¿tú no irás?
- ¿Yo?... cla… claro sí, tienes razón.
Se esfumó de mi presencia antes de que pudiera despedirme de ella. Creía que se había retirado algo molesta pero hacer una fiesta en casa cuando ya hay otra organizada no tendría sentido, sólo sería gastar en vano. Rin se marchó sin lavar el servicio, eso era extraño, realmente estaba molesta. Me despegué de la silla y fui a completar la tarea no obstante me detuve a leer el papel que Rin dejó en la mesa. En él estaban anotados los ingredientes que con tanta emoción cantaba, en ese momento me di cuenta que era un /T/A/R/A/D/O/, el título de la nota decía “Fiesta de Navidad” (como yo supuse) sino “Cena de Rin y Len”.
A la mañana siguiente, el desayuno era labor mía. Al momento que desperté, escuché la llave de la ducha abierta lo que significaba que Rin ya había despertado. Bajé a la cocina, el tiempo no alcanzaba para hacer sopa de miso así que freí un par de huevos, pasé café y tosté pan. Diez minutos después ella se sentó a la mesa, al momento de servirle el desayuno, mi mirada se cruzó con sus tristes pero también enfurecidos ojos. Era obvio que la noche anterior había llorado, sus ojos lucían hinchados y rojos, me sentía culpable, pero al pensarlo mejor imaginé que quizá su llanto se debía a que yo era importante para ella ¿sentirá lo mismo que yo?... ah… que idiota soy, claro que soy importante, soy su HERMANO, soy importante como su hermano, no como algo más.
- Está delicioso.
- … entonces… ¿a qué hora haremos las compras navideñas?
- ¿Cuáles?
- Eh… para la cena qué prepararías.
- ¿De qué hablas Len? Dijiste que irías a la fiesta de Neru ¿verdad?
- Eh… bueno… la verdad… anoche me dio mucha hambre al escuchar que comería todo lo que harías así que… ¿Qué tal si mejor no vamos?
- No se puede – se levantó de la mesa y recogió sus utensilios.
- Ah… y eso ¿por qué?
- Recordé que Mikuo-sempai me invitó a la misma fiesta y acepté.
- ¡¡QUÉEEEE!! – me levanté alterado de mi asiento.
- Sí. Gracias por la comida, iré a terminar de alistarme y nos vamos.
Rin estaba molesta, pero ahora yo también lo estaba, prefiere cambiar una cena conmigo por ir a una estúpida fiesta con “Mikuo-sempai”. Bien, sé que todo fue mi culpa por despreciar su cena y decir que iría a la fiesta de Neru, pero yo no iré sólo con ella… será… quizás… Rin está celosa.
- Ah!... Neru!, porqué tienes que gritarme de esa manera…
- Llevo horas hablándote y tú estás pensando en cualquier cosa…
- Ah… lo siento, ¿qué quieres?
- ¬¬… ashhh… Len, Teto irá a mi casa a ayudarme a arreglar, algunos compañeros irán también así que creo que sería bueno que vengas.
- ¿Por qué debería hacerlo?... tengo cosas que comprar hoy ¿sabes?
- ¿un regalo?
- ¿eh?... eso no te importa Neru, prometí que iría a tu fiesta pero nunca me ofrecí a decorar tu casa, así que no puedo…
- Mmm… en serio… bueno Len, entonces te veré en la noche… ¡Teto! ¡Rin!, vamos rápido, los chicos y Mikuo-sempai nos esperan.
Maldita Neru, mencionó a Teto pero nunca mencionó a Rin y menos a “Mikuo-sempai”; esos dos estarán juntos toda la tarde y en la noche también seguramente, demonios.
Salí de la escuela, no dejaba de estar celoso del sempai, quería pasar la noche buena con Rin, solos, aunque si lo recuerdo bien, fui yo quien malogró todo; la insistencia de Neru para que vaya a su fiesta hizo que el hecho se me grabara y se lo dijera a Rin, soy un idiota. Aún me preguntaba por qué asistíamos a clases en Navidad, qué pasaba con mis armoniosas vacaciones de invierno, pues recién iniciarían mañana ha pedido del tutor, Kiyoteru Hiyama-sensei. Si hoy mi día hubiese estado libre, me hubiera tomado toda la mañana para buscar un regalo perfecto para ella, faltaba una hora para que la “Fiesta de Navidad” comenzara, deseaba llegar puntual para vigilar a ese idiota sempai y sus intenciones para con Rin. Estuve rebuscando en todas las tiendas, no lograba escoger nada hasta que vi un collar dorado, tenía un dije grande en forma de llave musical, ese era el indicado, tanto a ella como a mí nos encantaba la música, por lo que no hacía falta buscar más… este collar provoca nostalgia en mi interior, no sé porqué.
oye sigue esto se pone interesante jeje me encanta sigue porfis porfis de rodilla te lo suplico haria todo Ok no jaja esta muy buena amiga
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