Me pasé tanto tiempo conversando con mis amigas por mensenger que se pasó el domingo en el que se supone debí publicar esto, y por qué debí publicar esto un domingo, pues porque el título lo dice jeje.
Los domingos son días, que especialmente, me gustan mucho. Cada domingo despierto al rededor de diez de la mañana, lavo mi cara y dientes y luego me dispongo a desayunar con mi mamá, mis hermanos Johan y Mina, y con mi papá si se encuentra en casa =). Después de comer mucho y conversar de muchas cosas, llega el momento de hacer limpieza, exhaustiva y causante de constantes estornudos a causa de la alergia al polvo, pero al terminar viene el almuerzo (sólo pienso en comer o me parece). Para la tarde, si es que por milagro estoy libre de hacer trabajos, tomo una pequeña siesta de un par de horas o veo un anime con Johan, unas dos horas también. Cerca de las seis de la tarde, saco un lápiz, un carboncillo y el sketchbook para alistarme a hacer una cosa de la que no soy fanática pero me gusta hacer, dibujar. Sentada en el comedor empiezo a dibujar todo lo que pueda, trato de poner lo mejor en ello al igual que lo hace mi mamá en sus bordados sentada en la misma mesa de comedor y frente mío. Ambas desarrollamos nuestro arte mientras dejamos a la televisión prendida y la vemos a ratos, al final el resultado es el mismo, mamá siempre bordará mejor de lo que yo dibujo =). Pasadas las ocho de la noche, recogemos todos nuestros materiales y comemos lo que se pueda meter en el microhondas y salir apetecible; después de cenar cada uno a su cama.
Mamá siempre bordará mejor de lo que yo dibujo =)No seas tan modesta, dibujas muy bien y además mamá termina arreglando sus bordados al día siguiente, la luz de la tarde no le ayuda mucho.
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